Un informe de Check Point Research puso en evidencia el crecimiento de los casos de ciberataques en Argentina durante la primera mitad de 2023. Los datos revelados por la empresa de ciberseguridad muestran un incremento del 21% en el número de ataques dirigidos a empresas en el país, en comparación con el mismo periodo del año pasado.
Este aumento significativo de los ciberataques en Argentina hace parte de una tendencia global, donde semanalmente se evidenció un crecimiento del 8% durante el segundo trimestre del año, por lo que el panorama de amenaza no es un problema focalizado.
Este aumento significativo de los ciberataques en Argentina hace parte de una tendencia global, donde semanalmente se evidenció un crecimiento del 8% durante el segundo trimestre del año, por lo que el panorama de amenaza no es un problema focalizado.
El informe resume las amaneras principales que se están convirtiendo en las tendencias de los atacantes para atacar a las organizaciones en Argentina:
– Los grupos de ransomware: explotan vulnerabilidades en programas de software corporativos de uso común y cambian su enfoque del cifrado de datos al robo de datos.
– Los dispositivos USB: una alternativa que están usando tanto los grupos defensores del Estado como los ciberdelincuentes para atacar a otras organizaciones.
– El hacktivismo: ha experimentado un auge, con grupos que tienen motivación política para lanzar ataques contra objetivos seleccionados.
– El uso indebido de la Inteligencia Artificial: las herramientas de IA generativa se utilizan para crear correos electrónicos de phishing, malware de control de pulsaciones de teclas y código básico de ransomware.
Los piratas informáticos suelen atacar a las víctimas con este programa enviándoles correos electrónicos no deseados que contienen archivos adjuntos o enlaces maliciosos.
Tan pronto como una víctima descarga o hace clic en el elemento sospechoso, Qakbot infecta su computadora para convertirla en parte de una botnet, que es una red de ordenadores que al ser afectados por este virus pueden ser controlados remotamente por hackers.
Quienes básicamente hacen lo que quieran con los ordenadores de sus víctimas, como instalar malware adicional en los dispositivos. Y en este caso, las estafas a los usuarios infectados pueden ser continuas, ya sea en forma de robo de datos o en el uso de sus ordenadores para realizar distintos procesos que les proporcionan dinero a los ciberdelincuentes.
Según Estados Unidos, la botnet creada por este programa fue responsable de cientos de millones de dólares en daños e infectó a más de 200.000 computadoras en ese país.