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Cuidado con Instagram: Afecta el autoestima y la calidad de sueño, según expertos

El uso generalizado de las redes sociales ha transformado radicalmente la forma en que las personas se relacionan y comunican. Entre estas plataformas, Instagram destaca por su popularidad, especialmente entre los jóvenes, ofreciendo una ventana de interacción visual y social que parece, en principio, inofensiva.

No obstante, detrás de la aparente simplicidad de compartir fotos y recibir “likes”, existe un complejo entramado de efectos psicológicos que son explicados por el Instituto de Neurociencias Aplicadas de Perú.

Argumentan que desde el campo de la neuropsiquiatría y la psicología, Instagram puede influir de manera significativa en el cerebro, afectando la salud mental y el bienestar psicológico de los usuarios.

El Instituto revela que la exposición constante a imágenes idealizadas y la interacción en línea pueden tener un impacto negativo en la autoestima y en la percepción de uno mismo, lo que puede derivar en trastornos psicológicos importantes.

Uno de los aspectos más alarmantes del uso frecuente de Instagram es su capacidad para fomentar comparaciones sociales negativas. En la plataforma, los usuarios están continuamente expuestos a imágenes que representan cuerpos ideales, estilos de vida aparentemente perfectos y logros personales que, en muchos casos, no reflejan la realidad.

Esta exposición constante puede llevar a desarrollar sentimientos de inferioridad y envidia, afectando gravemente la autopercepción. Según los expertos, estas comparaciones pueden incrementar la insatisfacción corporal y generar una sensación de no estar a la altura de los estándares percibidos.

“Esto desemboca en trastornos de ansiedad, depresión y, en casos más graves, en trastornos de la conducta alimentaria”, señala el Instituto. Este fenómeno no es nuevo, pero el acceso inmediato y constante a imágenes idealizadas intensifica la presión social, especialmente entre los adolescentes y adultos jóvenes.

Desde una perspectiva neurobiológica, el uso de Instagram se relaciona con la activación de las regiones cerebrales asociadas con el placer y la recompensa, como el núcleo accumbens.

Cada vez que un usuario recibe “likes”, comentarios o cualquier tipo de validación social, el cerebro experimenta una liberación de dopamina, un neurotransmisor que está estrechamente relacionado con el sentimiento de placer y recompensa por algo.

Este mecanismo crea un ciclo de gratificación instantánea que refuerza el uso continuo de la plataforma. Los usuarios se encuentran buscando constantemente ese “subidón” de dopamina que ofrecen las interacciones en línea, lo que puede llevar a una forma de adicción.

Este patrón de comportamiento puede afectar significativamente el bienestar emocional, haciendo que las personas dependan de la validación externa para sentirse bien consigo mismas. Este ciclo de recompensa, similar al que ocurre con otras adicciones, puede ser muy difícil de romper, especialmente entre los menores de edad.

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