
La insólita razón por la que ‘E.T. el Extraterrestre’ fue censurada en Escandinavia
E.T., el extraterrestre, la película dirigida por Steven Spielberg y estrenada en 1982, enfrentó restricciones en algunos países escandinavos pese a su éxito internacional. Mientras en Estados Unidos obtuvo una clasificación PG —orientada a que los menores de edad la vean con supervisión de un adulto—, en países como Suecia, Noruega y Finlandia las autoridades aplicaron medidas más estrictas. Según declaraciones recogidas por United Press International (UPI) en 1983, se prohibió la entrada a menores de 11 años, alegando que la película podía provocar “lesiones mentales” en los niños entre 7 y 11 años debido a su tono “amenazante y aterrador”.
La decisión fue explicada por Gunnel Arrbäck, directora de censura cinematográfica en Suecia, quien afirmó que el filme retrataba a los adultos como “enemigos de los niños” y mantenía elementos de suspenso propios del género de terror, del cual provino el concepto original de la cinta antes de que Spielberg lo modificara hacia un enfoque más familiar. Según Arrbäck, el contenido emocional y visual podía resultar demasiado intenso para el público infantil, en especial las escenas donde el extraterrestre es capturado y sometido a experimentos médicos.
La película, protagonizada por Henry Thomas y Drew Barrymore, recaudó cerca de 800 millones de dólares en taquilla mundial, impulsada por la música de John Williams y una narrativa que explora el vínculo entre un niño y un visitante de otro planeta. A pesar de su enfoque emotivo, que incluye referencias autobiográficas de Spielberg como la separación de sus padres, la escena en la que E.T. yace pálido en una mesa de operaciones fue uno de los puntos que generó mayor inquietud entre las autoridades escandinavas.
La crítica internacional destacó el equilibrio entre la fantasía y los temas emocionales de la infancia en la obra de Spielberg, mientras que la censura aplicada en Escandinavia fue considerada por algunos sectores como una medida excesiva. En contraste con la visión escandinava, en Estados Unidos el contenido fue considerado apropiado con supervisión, pese a incluir lenguaje informal y momentos de tensión, como el uso del insulto “penis breath” y la irrupción de agentes del gobierno fuertemente armados en la casa del protagonista.